Andrea Bocconi: Tranvía. Minicuento.

Por fin. La desconocida subía siempre en aquella parada. «Amplia sonrisa, caderas anchas… una madre excelente para mis hijos», pensó. La saludó; ella respondió y retomó su lectura: culta, moderna.

Él se puso de mal humor: era muy conservador. ¿Por qué respondía a su saludo? Ni siquiera lo conocía.

Dudó. Ella bajó.

Se sintió divorciado: «¿Y los niños, con quién van a quedarse?»

Autor: estoespurocuento

No me gasto en buscarle el sentido a la vida porque creo que no lo hay, somos simples animales racionales y más que una responsabilidad es una carga moral creado por nuestros miedos y temores al mas allá, que para mi tampoco existe. De polvo somos, por un polvo hemos nacido y en polvo terminaremos. Digo que soy agnostico por pura pose para evitarme conflictos teóricos con los que me restrigan la existencia de dios en mis narices. Ateo me cabe mejor, reniego de dios, lo confieso. No cabe las medias tintas, uno es o no es.

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